Pablo Hasel, gracias por nada

Después del enconado enfrentamiento de las teles privadas contra los flamantes rivales que les disputan las audiencias – los yutubers del #TeamFacha, y el rollo de pagar pocos impuestos en Andorra – aparece una nueva película que nos desvía de todos los problemas reales en la sociedad.

Con lo que que sufren las capas populares en este país y en el mundo, no mereces que te dedique tiempo escribiéndote un artículo, Pablo Hasél. Al final llevando una semana nuestras ciudades patas arriba me has obligado a retratarme, cuando no me apetecía lo más mínimo. Hace quince días si me hubieran preguntado, desde mi infinita ignorancia, habría dicho que nadie debería haber ido a la cárcel por escribir barbaridades. Algo sabía, pero ni una ínfima parte, de ponerme con regularidad los estrenos que subías a la red. Nunca estuve en un concierto tuyo porque no surgió en tus visitas a Madrid, pero he acudido a festivales de raperos rojeras igual de agresivos que tú, aunque con algo más de arte. Cuestión de gusto y pareceres. No voy a esconderme por pecados de acción o de pensamiento. El mundo de la militancia y el activismo no necesita de gente perfecta. Necesita gente trabajadora, humilde, que reconozca errores del pasado y del presente. Quien quiera trastear por este blog o intente pillarme en fuera de juego, a lo mejor se encuentra el vídeo de hace unos cuantos años que subí del propio Hasél para costear su defensa en uno de sus juicios. En qué momento te preste apoyo y reconocimiento público. Ni lo voy a buscar, ni lo voy a retirar. Ahí se queda.

No sabía de las agresiones probadas y amenazas por las ya fuiste condenado años atrás. No sabía que ahora mismo bandas de extrema derecha están cumpliendo penas de prisión por decir cosas parecidas a las tuyas, pero donde cambia el objetivo que ponen en su mirilla. Y entonces ya no hace tanta gracia ni genera la misma condescendencia entre quienes te defienden. No sabía – o sí supe, pero lo consideraba una ínfima parte de tu discografía – tus letras de apoyo explícito a los GRAPO o a Terra Lliure. Y tampoco era consciente que has tenido oportunidades de rectificar y no ir a prisión, por esas letras y por otras que deseaban la muerte de Patxi López, Federico Jiménez Losantos, «sociatas» y «peperos». ¿Qué ganas para tu causa manteniendo esas letras y tuits amenazantes por tus santos cojones, sabiendo que la pena que conllevaban? No hablamos de una conjetura probable, sino de un apercibimiento explícito vía sentencia previa en firme. Con alguna letra seguro que me llegué a tropezar y no le di excesiva importancia. Es lo que tiene no ser pepero, sociata, Losanto o Patxi López. Ni víctima de los GRAPO. Todos ellos han tenido la piel más fina y se lo tomaron bastante peor. Si la ministra de Igualdad se querelló por unos versos satíricos que no atacaban su integridad física, qué pasaría si unas canciones la pusieran en el punto de mira junto a su marido, y cargaran además contra inmigrantes, homosexuales, feministas, rojos y sindicalistas. Ese doble rasero, que ha pasado de las polémicas PPSOE a las fachas/progres de las dos Españas en las redes, y que se guía por los colores de su equipo de fútbol..

Ya no tengo tan claro que debas no entrar en prisión. Según he ido hilvanado tu sucesión de delitos leves y chulerías – que no sirven para conseguir absolutamente nada -, pues mira, siendo generoso, no me significo. Pero siendo el responsable directo de los altercados que han hecho arder a media España, no generas ya la más mínima empatía y no mereces que se cuestione tu pena. Te tienes por una persona inteligente. Sabrías entonces lo que iba a desencadenar en las calles tu detención, y no advertiste a tus seguidores para que no escalaran en los disturbios y destrozos que iban a provocar, ni en las represalias que iban a sufrir. Ni justo antes de detenido, ni después cuando ya eran hechos consumados que quizá no podías prever. No ls  preveniste porque te parecen muy bien.

Estarás contento, Pablo. Millones de parados, pequeños empresarios arruinados, trabajadores que no cobran el ERTE en la pandemia. Nadie se ha movilizado en masa por ello, ni en Cataluña ni el resto del Estado, y tú has conseguido que lo hagan por ti. Para tu liberación. Igual que con los políticos presos tan de derechas y capitalistas ellos, que con tanto ahínco precisamente tú defiendes. Un rapero grosero y ofensivo de causas perdidas que se ha ido ganando poquito a poco con conocimiento de causa su condena.Por ti sí merece la pena protestar una semana. Los destrozos del material urbano lo pagarán los contribuyentes de todo el país. Decir contribuyente es un eufemismo. Lo pagará ese obrero oprimido al que presumes defender. Los escaparates rotos y robos de los pequeños comercios han jodido vivos a propietarios que perfectamente pueden comulgar con tu ideología. O ser independentistas O no serlo, pero por qué tendrán que pagar los platos rotos de tus errores, cuando ni saben ni quieren saber de qué va la vaina. ¿No es a ellas, sino a las aseguradoras?, menuda revolución de pacotilla. Y quien dice pequeños comercios también dice grandes firmas y superficies. En tu caso el «son ricos capitalistas, que se jodan» ya no les aplica. Un poco de solidaridad, y coherencia, con ellos. Eres el muy muy peculiar caso de uno de esos activistas a la extrema izquierda de todo, que dentro de su intransigente y dogmático radicalismo, se pronuncia a favor de una Republica Catalana burguesa, dejando de lado en el medio plazo una posible Republica Socialista (¿¿??). ¿Dónde está tu famoso “todo o nada”, Hasél? ¿Quién es ahora el “reformista”, el tibio, el traidor a la clase obrera? ¿No son unos adinerados corruptos – y anticomunistas – tus compañeros de viaje? No tiene mucho sentido posicionarse al lado de la derecha catalana y a la vez celebrar que sus negocios cosechen pérdidas. Qué poca viabilidad económica a vuestra estrategia para una Cataluña independiente.

¿Tan importante te crees que ves bien que miles de jóvenes lleven más de una semana protestando por ti? A causa de tus movilizaciones, pacíficos manifestantes han sido apaleados por Mossos y Nacionales. También violentos alborotadores, pero eso es capítulo aparte. Ha habido quien ha perdido un ojo con una pelota de goma. “Los cuerpos de seguridad reprimen y usan violencia no justificada”. ¡No me digas! Eso ya lo aprendimos hace mucho, mucho, de gente con tú. Lección asimilada, no la mencionamos continuamente, lo cual no significa que esté olvidada. Esa persona tuerta, esos partidarios tuyos aporreados sin provocación previa, tienen unos culpables a los que retratar. Los primeros, los CFSE, que son los que los han hecho perpetrado las agresiones. Que quede claro. El otro eres tú, Pablo Hasél. Que sabes de esos métodos expeditivos de la Madera, que tanto recalcas en tus canciones, y a pesar de eso has mandado a gente al matadero. Cuando miles de familias eran expulsadas de sus casas a lo mejor había que asumir que un agente de la autoridad te soltara un palo sin venir a cuento durante una protesta, porque se debía salir a la calle. ¿Pero por ti, Pablo? ¿Quién coño te crees que eres para utilizar así a los jóvenes, unos para hacer el vándalo, otros al lado para ser agredidos? Tienes un ego y una esquizofrenia al nivel del otro Pablo.

Hay canciones que me gustan tuyas. Varias están subidas a entradas muy antiguas, y espero no tener que renegar de ellas. Si cuentan con algún contenido inapropiado que no recuerdo, espero la benevolencia de la Audiencia Nacional por un lado, y del lector esporádico que haya caído por aquí por otro. Una es la de la “Así No Podemos”. Una crítica descarnada al personaje público más odiado en este blog. Pero guardo mejor recuerdo a «No Pasarán» sobre Ucrania. La escuché por primera vez en una concentración en Sol cuando el ejército fascista ucro arrasaba Donekts y Lugansk. Cuantos muertos han causado la UE y la OTAN en esa guerra. Y también de la de “Siria Vencerá”. En Madrid en pleno bombardeo y hostigamiento informativo para blanquear a nuestros yihadistas, que tomaron Alepo, se organizó un minúsculo acto de apoyo al legítimo Gobierno Sirio. Únicamente acudimos quince personas, y fue boicoteado dentro de la propia militancia porque no gustaba uno de los ponentes. Nuestra bellísima causa machacada por la Opinión Pública 24×7, y permitiéndonos el lujo de decidir qué acto tolerar y a quien invitar, para que en cualquiera de los casos no fuera ni Dios. En aquel tiempo tu canción me daba ánimos y me insuflaba optimismo. Es de las pocas veces que tu mundo y el mío se han cruzado. Mira que es difícil que tu universo tan exclusivo se cruce con el de los demás. Otra vez me llegaste a seguir en Twitter, intercambiamos un par de mensajes y me hablaste de la represión que se vivía en Cataluña (dirigentes en la cárcel, multas medios de comunicación etc.). Represión ha habido en Siria, Libia, Palestina, Ucrania, a lo grande – ahí están tus líricas – no en una de las regiones más ricas de Europa, en tiempo de paz. Allá cada cual con sus películas. Volvemos a esas dos canciones. ¿Sabes cuál es el problema? Que si antes era muy difícil que esos cortes viniendo de ti pudieran ser valorados por la ciudadanía corriente, ahora con la que has montado no es que sea imposible, es que se ha convertido incluso en contraproducente. Un paso adelante antes, siete para atrás después en nuestras causas. Gracias por nada.

Tendría narices que con todo el daño que has causado en pérdidas materiales – millones y millones de euros – aumentada la crispación en la sociedad – ya de por sí en las nubes – ¡donde en ninguno de los casos las facciones encaradas se encaminarán hacia el Socialismo!, y daños físicos sufridos por gente que ha estado dispuesta a dar la cara por ti, acabes indultado por esa rata traidora que de manera tan atinada definiste en el tema. Hay quien dice que a ti te han sentenciado por cafre, pero que otros iremos detrás por sostener mensajes similares sin hacer apología de nada ni sembrando odio. Ya nos buscaremos la vida. Sabemos de sobra que no contamos con tu apoyo.

Pero pongamos que al final no te den ese indulto que estás pidiendo a gritos no recibir. ¿Sabes qué te digo? Que nueve meses se pasan volando.



Deja un comentario